Campamentos, San Pedrines y despedida

 La verdad es que antes de empezar nada, tenía algo de miedo o como mal presentimiento sobre los campamentos. Tuvimos que programar todo muy rápido y como en eso no tenía mucha práctica, no lo sentía muy justo. A pesar de esto, ya la primera semana me dí cuenta que debía dar las gracias porque nos obligaron programar porque me sentía con más responsabilidad por las actividades ya que eran nuestras. Aunque me cansé bastante, tanto en junio como en julio me encariñé con los nińos y despedirnos de ellos fue bastante doloroso.


Me sentía genial con los niños y niñas porque nos hicieron reír o sorprender cada minuto. Me acuerdo de que "me mandaron a la cárcel" más veces que a nadie y sin poder comentarme la razón pero también guardo buenos recuerdos sobre los momentos cuando me enseñaron el producto de su taller a sus padres o cuando nos contaron historias sin fin. Evidentemente, hubo algunos momentos no tan positivos pero es parte de una experiencia inolvidable que me guardaré durante una vida.

Se nos cayeron lágrimas al final del campamento de julio y el de San Pedrines también que solamente duró 10 días y además la mayoría de los niños era nuevos. Durante San Pedrines y los dos campamentos anteriores estaba con pequeños y justo eso es lo que quería. Me entiendo mejor con los pequeños y creo que ellos y ellas también se lo pasaron bien conmigo. Tuvimos muchos juegos diferentes y juegos repetidos también pero al final de todo ya se notaba el cansancio de los niños también.
Lo que yo puedo decir es que agradezco la amabilidad de mis compañeros/as de junio, julio y agosto y gracias por poder trabajar en un ambiente tan agradable y comprensivo. Muchas gracias por todo, me lo pasé genial y digo adiós con una experiencia que nunca seré capaz de olvidar.
Y tengo que dar las gracias al Centro Don Bosco también por ayudar en cualquier situación pequeña o una auténtica emergencia. Podía contar con la ayuda de toda la oficina y se lo agradezco mucho a Nathalie el apoyo y atención que me dio durante este año y gracias a Víctor por ser un coordinador tan amable y comprensivo.

Un abrazo fuerte para Manu (mi tutor), Xabi, Jesús, Ángel y los monitores de la ludoteca también. No voy a hacer una enumeración porque entonces nunca se acaba este post pero muchas gracias a todos y a todas y nos vemos en un futuro no tan lejano cuando vuelva a visitaros.

Imola

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