¡Hola! Me llamo Olga y soy de Rusia

Así es como comienzo la mayoría de las conversaciones aquí en Santiago de Compostela, la capital de Galicia en España. Desde que estoy aquí, hay algo que me sorprende más. No son los españoles que cenan a las 11 de la noche o el hecho de que llueva bajo cualquier circunstancia, ni las multitudes de peregrinos que caminan de un lado a otro debajo de mi ventana. Pero si el descubrir lo rápido que pasa el tiempo. Ahora es mi segundo mes de servicio voluntario en el Centro Don Bosco y es tiempo de decir algo sobre mí y mis relaciones con el SVE.

Quizás cuando oís la frase «El voluntario de SVE» imagines el graduado muy alegre que está disfrutando el año sabático y no tiene ninguna idea sobre que estudiar en el futuro. Vamos a romper los estereotipos un poco. Ahora tengo 25 años, terminé la universidad hace mucho tiempo y durante tres años  he trabajado como la profesora en mi región de origen. 

¿Por qué estoy aquí? La verdad es que no he visto nunca la estabilidad en mi vida. Creo que el estrés positivo siempre te mantiene viva. Tan pronto como empecé sentir que la telaraña de la calma y estabilidad me cubría, decidí dar la vuelta a mi vida. Así que ahora estoy en algún lugar en el norte de España, sentada en la oficina rodeada de compañeros amables y al escribiendo este articulo. Durante un año dejé a mi familia y la gente amada, mi trabajo bueno, la comida Rusa tradicional y  la nieve (¡sí, la hecho de menos!) para obtener una experiencia completamente nueva. Aquí trato de usar todo que tengo. Con eso quiero decir mi conocimiento universitario, las lenguas que hablo, los años de práctica en las escuelas, la mente abierta y la curiosidad. Ayudo a otros y me abro.


No dudes que la gente de edades diferentes con fondos e ideas muy variadas participan en SVE. No tengas miedo a usar tu oportunidad. Aquí puedes encontrar las repuestas para muchas preguntas porque en un ambiente diferente tu mente trabaja constantemente. Ya he empezado a evaluar algunas cosas diferente. Por ejemplo, ahora se que no sólo en Rusia puede hacer increíblemente frío (por cierto, en Rusia la calefacción esta abierto todo el tiempo). Entiendo que para sentirte parte de la comunidad no es necesario saber el idioma a un nivel alto. Veo que los niños de todo el mundo tienen los corazones abiertos y las sonrisas hermosas. Siento que nada pasa por casualidad. Y estoy tan emocionado que tengo diez meses más para descubrimientos. ¡El tiempo de aventura ha comenzado!


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